Valle de Bravo es un pintoresco pueblo de calles empedradas y casas con techos de dos aguas y teja roja rodeado por bosques frondosos y situado al margen de un vasto lago, al suroeste de la ciudad de Toluca y a 76 kilómetros de la Ciudad de México.
Lugar que fue durante centurias escenario de transiciones culturales entre los pueblos nahuatl, matlatzinca y purépecha, pero que actualmente brilla como uno de los destinos turísticos más frecuentados por los vacacionistas, sobre todo aquellos que escapan al bullicio de la gran capital los fines de semana.
Pero desde la perspectiva comunitaria tradicional, en Valle de Bravo se desarrollan diversas actividades económicas, entre las que sobresalen la producción de loza de barro vidriado, alfarería en general, artesanías de madera, telas de lana con bordados, deshilados, trabajos de cestería con ocochal y diversos trabajos en piel. Abundan los restaurantes donde puede saborearse una trucha fresca o una cecina vallesana, platillo que, por cierto, es la especialidad de la zona.
El veleo y esquí son factores de gran atracción en el lugar, así como paseo en botes o acuamotos, también se practica el parapente y ala delta que tienen como punto de partida la cima del Cerro de la Cruz, a 2,500 metros sobre el nivel del mar.
También se practica el golf en tres estupendos campos que incluyen todos los servicios, así como equitación, moto-cross, ciclismo de montaña o simples caminatas entre los magníficos caminos y parajes que serpentean entre sus bosques.
A orillas del lago hay restaurantes sobre el malecón e incluso uno que otro flotando en el lago. En ese lugar, además de instalarse puestos de artesanías los fines de semana, pueden alquilarse lanchas rápidas o de paseo para explorar los límites del lago, o bien rentar un caballo para recorrer los alrededores y percibir la atmósfera rústica que encanta los sentidos del visitante. Desde la Peña del Príncipe se abre una vista extraordinaria hacia el lago y los alrededores, por lo que muchos paseantes llegan a su cima para apreciar el paisaje.
Flyboarding. Un nuevo deporte extremo acuático, vive la aventura y el sueño de todo humano de volar hasta a 15 metros de altura. Con una tabla propulsada por agua a presión, disfruta de una espectacular vista del lago para luego caer como delfín al agua. Con una duración de 30 minutos, tendrás a alguien que te enseñará a volar y si realmente te gusta la aventura, incluso podrás ser el dueño de tu propio equipo. Para mayor información: www.aventurapark.mx
Avándaro, palabra derivada de la lengua tarasca, significa “Lugar de Ensueño”, y en ese lugar encontramos la Cascada el Salto Velo de Novia para hacer caminatas y días de campo‚ tiene algunas mesas con asadores.
Mercado de Artesanías en donde podrás apreciar y adquirir artesanías de la localidad, sobre todo aquellas provenientes de Guerrero, Jalisco, Michoacán y Estado de México como son la alfarería de Otumba, coloridos tejidos mazahuas, figuras e incluso muebles hechos de madera y cestería.
Mercado 100. Recibe su nombre porque busca a productores locales en un perímetro no mayor a 160 kilómetros o 100 millas a la redonda; y lo mueven cinco valores fundamentales: local, sano, justo, rico y limpio. Bajo esta premisa, ¿quién no querría adquirir todos sus alimentos aquí? Sólo productos orgánicos como lácteos, hortalizas, frutas, productos para el cuerpo y mucho más.